Un rostro que apenas te ve
bajo la pluma disipa sus amargas
cavilaciones.
De tardes en silencio corroídas
se suspende su vida,
que añora en tierno secreto
tu arrebatada compañía.
Un rostro que apenas te ve
sólo la negra tinta diluye sus
reticentes cavilaciones.
De noches eternamente cobijadas
aún respira su vida
clamando justicia divina
en el letargo de su día.
No comments:
Post a Comment